jueves, 1 de mayo de 2014

Demonio.

Tiene que existir,
la forma de huir.
Tiene que existir,
la forma de vivir,
feliz.

Dejo en sus manos mis sueños y los destroza,
le hago responsable de mi dolor y goza.
Es el reflejo del demonio de mi alma,
es aquel que jamás luchó por mi calma.
Mi soledad, tantas veces descrita;
no es más que una cripta,
en la que encierro mi sufrimiento,
sufrimiento que me secuestra.
Son demasiadas las horas a su merced,
el miedo aplaca su sed;
es un monstruo descomunal,
que odia dejarme avanzar.
Estoy vencida, tocada, hundida,
sin armas para defenderme;
sólo busco la salida...
Y me levanto otra vez, vuelvo otra vez...
y siempre caigo más débil.