y aún recuerdo,
aunque de forma vaga,
todos nuestros juegos...
ya para entonces, tan niñas y tan pequeñas,
escribíamos nuestros propios cuentos inacabados...
en nuestras cabezas reinaba la imaginación;
toto y kiki me acabas de decir que eran nuestros protas;
hacíamos anuncios, escuchábamos música juntas...
podíamos pasar horas y horas en el balcón, asomadas, charlando,
soportando el calor de pleno agosto,
y sé que ahora sería impensable ni tan siquiera asomarse,
qué buenas épocas...qué bien nos lo montábamos,
y sólo necesitábamos hacer los deberes juntas;
o tener un diábolo con el que hacer malabares
hasta las tantas en mi portal...
Qué tiempos aquellos, qué felices éramos,
cuando lo característico era la inocencia y
no existían las preocupaciones...
Me gusta recordarlo, no me canso...
y por eso te dedico ésto a ti,
Silvia, mi vecina y amiga
sólo por dale un toque de infancia...
ResponderEliminar